Les Batiments / Los edificios
A partir de fotografías (si no hemos tenido la suerte de tomar nuestro croquis in-situ), con la ayuda de un programa vectorial de dibujo (en nuestro caso AutoCAD), dibujamos los alzados lo más esquemático posible. También dibujamos la ocupación en planta de nuestro edificio.
Importamos el dibujo de AutoCAD al programa de modelado 3d, en nuestro caso el “sketchup”. Dependiendo de las unidades en que trabajemos, habrá que escalar el dibujo. Nuestro consejo es que trabajemos en verdadera magnitud con dimensiones reales. Si en AutoCAD hemos concluido que nuestro edificio tenga 20m. de fachada, en sketchup también medirá 20m.
El siguiente paso es colocar los alzados en el plano que corresponde. Al importar los tenemos en el plano horizontal. Así que habremos de girarlos 90º en el eje vertical.
Ahora daremos en planta un grosor a los muros (para los vetustos edificios parisinos 50 cm. es una magnitud apropiada). Para grandes monumentos tipo Palacio de Louvre podemos considerar 1m. Extrusionamos el edificio en planta, esto es; le damos la altura que hayamos calculado. Este será nuestro modelo 3d de partida sobre el que añadiremos lo que proceda y haremos las modificaciones pertinentes.
Llevamos los huecos y los elementos más relevantes que queremos destacar al modelo en 3d. (El efecto es como si lo pegáramos a la fachada).
En ningún momento hemos de perder de vista cual es nuestro objetivo. Si se tratara de dibujar un edificio para representarlo solo, podríamos ir al máximo detalle. Pero en nuestro caso vamos a colocarlo geográficamente en su emplazamiento y va formar parte de una panorámica de ambas márgenes del Sena, así que se verá muy pequeño, por lo que no procede recargarlo de detalle, por dos motivos, a saber: primero porque nos quedaría prácticamente un borrón negro, segundo porque nos “pesaría mucho”. En una panorámica con elementos construidos en 3d, hay que aligerar al máximo. De ahí se deriva el concepto de Idealización. El dibujo del edificio hay que reducirlo al mínimo imprescindible pero que asuma su personalidad y que nos permita diferenciarlo del que está a su lado o 200 metros más allá. Llegar a ello es desarrollar un ejercicio de sensibilidad, de sutileza que puede ser innato en el dibujante pero que mientras va ejecutando ira modificando ligeramente sus ideas apriorísticas. Dicho de otro modo: Un espíritu sensible es necesario, cierto, pero es sobre todo el trabajo y la experiencia quien acaba moldeando esta praxis. Luego se puede aprender!
Divagaciones filosóficas aparte, continuamos ahora, labrando o vaciando los huecos que venimos de marcar sobre la fachada, obteniendo así un modelo troquelado en su fachada visible y ciego en las no visibles.
Por la parte interior dibujamos una lámina de acristalamiento que recoja la totalidad de los huecos que queremos que participen de ese material. En planta baja dibujamos una lámina opaca detrás del hueco
de la puerta y otra lámina translúcida para los huecos a derecha e izquierda de la puerta.
La cubierta será a tres aguas. Sobre un plano horizontal dibujamos en planta las líneas significativas de la cubierta. El muro de medianera lo levantaremos, terminándolo con las pendientes propias de las cubiertas.
Levantamos la cubierta (tirando) de las líneas significativas.
Ahora viene el momento más delicado. Hemos dibujar las mansardas de tal forma que al llevarlas sobre la cubierta ya levantada, mediante intersecciones de planos consigamos recortar el hueco que dichos planos aíslan en la cubierta.
Conseguido esto nos metemos dentro o bajo la cubierta y dibujamos la lámina de cristal que recoja la totalidad de las mansardas. Aplicamos materiales a la cubierta y finalmente colocamos las chimeneas tan características del paisaje parisino. Ya tenemos nuestro modelo terminado.
Lo colocamos en nuestro modelo geográfico y vemos que queda como un granito en la orilla izquierda (Rive Gauche) del Sena.
A partir de ahora no hay misterios. Todo es trabajo. Ánimo a seguir dibujando edificios.
Manuel Geómetra