LA MESA DE EXTERIORES.
Quisimos hacer una mesa para exteriores y la hemos hecho. Con madera de reciclaje, en parte y maderas nuevas, en la otra parte. Si el resultado ha sido un tanto ecléctico, no ha sido buscado, más bien encontrado. El bastidor sobre las patas está formado, vaya obviedad, por dos travesaños laterales, los largos y dos travesaños de cabecera, los cortos. Estos últimos vienen de un despiece de tablero de pino, restos de otro proyecto y los largos son travesaños de somier de cama casi centenaria. Los pies son postes de madera tratada para proyectos de jardinería a los que se les ha hecho una reducción de sección en su base que, sin perder su robustez mecánica, le confiere, una idea de ligereza. Para proteger el apoyo sobre el suelo, a menudo mojado, como hoy en su día de estrenos, se le ha grapado unas calzas, recortes de cubierta de bicicleta montañera. Los travesaños de la bandeja inferior son listones obtenidos de serrar postes del mismo tipo que los de los pies. Una malla metálica que andaba enrollada y rodando por el jardín selvático desde hace al menos un decenio ha servido de base o fondo de la mentada bandeja.
El tablero o tapa está resuelto con tablas machihembradas y tratadas que fueron fabricadas para suelo de exteriores. Como quiera que su acabado era harto grosero, lo hemos lijado con cierto cariño y ante la duda de si ese ligero desbroce le pudiera haber restado parte del tratamiento de fábrica para aguantar las intemperies, le hemos dado dos manos de aceite para teka. Esto último no será nada ortodoxo; no se lo recomendamos a nadie, pero nos lo hacemos.
El resultado final es el que se observa: Una mesa de diseño algo rústica y con cierto toque coqueto. Así al menos nos lo parece. Se trata de una mesa de tamaño medio, 112 x 75cm. La adosamos a la pared, fachada al jardín y es multiusos. Sirve para dejar y coger cosas cuando se sale o se entra y para dejar, resguardado de la lluvia el calzado de jardinería y bricolaje. Si algún día el mosquito tigre deja de acobardarnos, sería estupenda para comer fuera. Pero eso ya se verá.
Manuel Geómetra