No digas que fue un sueño
- Anteproyecto: Viviendas y Aparcamientos
- Superficie: 2033,40M2.
- Autor del Proyecto Rafael Arlés Font, arquitecto
- Colaborador: Manuel Salvador Redón, delineante
- Promotor: Particular
- Gestación del Proyecto: —-
- Redacción del Proyecto: —-
- Fecha Anteproyecto: Enero de 2008
Efectivamente, parecía un sueño. Tras una temporada de importantes proyectos tales como: elevación para cambra, ampliación de vivienda unifamiliar, proyecto de porche etc., llegaba algo de cierta entidad.
Como decíamos parecía ideal: el solar tenía posibilidades, las únicas premisas de los promotores eran que fueran viviendas dignas pero económicas y lógicamente las máximas posibles. Ninguna cortapisa de otra índole si exceptuamos la normativa vigente que tan a menudo moldea los proyectos.
Viviendas tipo apartamento de un dormitorio, viviendas de dos dormitorios y excepcionalmente una de tres dormitorios. Cocinas incorporadas sin renunciar a un pequeño lavadero independizado. Total dieciocho viviendas. No estaba nada mal.
Tres plantas eran posibles: Planta de semisótano para aparcamiento y trasteros, Planta baja y planta primera. Si bien todo el conjunto formaba una unidad edilicia, admitía sin embargo distintas lecturas, a saber: Un edificio único con dieciocho viviendas o bien la suma de dieciocho viviendas
La línea de fachada se desarrollaba en tres tramos siendo el central a modo de un gran chaflán. Habiendo un acceso común al barrio, cada vivienda desde la parte posterior tenía su acceso independiente tanto en planta baja como en planta alta. Unas zonas comunes de una magnitud asumible completaban el conjunto.
Los primeros estudios fueron bien acogidos por los promotores hasta que se llegó a uno que debiera ser el punto de partida para desarrollar el proyecto primero el básico y después el de ejecución.
Tan solo faltaba un trámite ordinario: la financiación. Se confeccionan los planos que aquí exhibimos para presentarlos al banco. El optimismo era palpable.
Pero oh mon Dieu, pas d’argent, no money, kein Geld, no hay dinero. Sin saberlo asistíamos al pistoletazo de salida de la crisis, desaceleración la bautizó el ministro Solbes por mandato imperativo.
El anteproyecto desde entonces está en un cajón. Lo desempolvamos y lo asomamos a esta ventana cibernética para que se airee y no se apolille. Una simple medida de higiene.
Manuel Geómetra