Desde el Banco Lambda contemplo el Sofá Gin. Éste nació, como concepto, mucho después que aquél, aunque fue ejecutado de inmediato tras el primero.
Se forjó como alternativa a una moda, un tanto cargante, la del concepto «Chill Out», esa que nos ha invadido.
Todo hotel que se precie ha de ofertar una terraza Chill Out. En ocasiones, a falta de otro espacio, se habilita la azotea del edificio. Los resultados de esta adaptación a la estética mencionada, a menudo, son tan desafortunados como el resultado de los «mercaderes» que disfrazándose de cualquier cosa creen estar ungidos del derecho de apelar «medievales» a los mercadillos populares.
Lo último, dentro de esta tendencia, ha sido el sofá de palets. Sí, han leído bien; se toma un palet de obra, se limpia más o menos, se lija someramente y se le pinta; color al gusto. Ya tenemos la base; se le añaden unas patas, de venta en cualquier centro de bricolaje… Se le viste finalmente con unos cojines, casi colchonetas; uno para el asiento y otro para el respaldo. Si va adosado a una pared, ésta hace de soporte rígido para el cojín del respaldo.
Sale razonablemente barato, siempre y cuando se acierte con los almohadones y fundas. Aquí la gama de precios es muy amplia.
El mercado, a veces, corre parejo a las tendencias y algunas empresas se han especializado en proveer almohadones para estos fines. Si el diseñador no se aparta de los estándares de las medidas, sale bastante asequible.
El resultado es bastante aparente, dando como resultado una litera de exterior, estilo mixto chill out-rústico, si tal apelativo es posible. Mas no deja de ser un palet vestido.
Como inspiración remota, nos pareció adecuada y, lápiz en mano, nos pusimos a abocetar.
Quisimos aprovechar las medidas estándares de fabricación de los mentados almohadones, esto es: 1.20 x 0.80 x 0.10 para los asientos y cuñas (de sección trapezoidal) de 1.20 x 0.40 x 0.20/0.15 para los respaldos. Quisimos hacer un mueble único que recogiera dos módulos de estas medidas, esto es; una litera de 2.40 x 0.80. Bajo el sistema palet hubiéramos utilizado dos de ellos.
Siendo que queríamos hacer una reinterpretación del sofá palet , a mejor, nos impusimos que el precio de los materiales a utilizar fuera económico. Los tiempos actuales, bien singuliers cantaba Brassens, dan pie a la perversión de que el hágaselo
usted mismo, resulte, tan solo en materiales, sin contar el trabajo personal, más caro que comprar un mueble acabado y con cierto diseño en la factoría de las cuatro letras, ponemos por caso.
Un prisma de madera, puede adoptar distintas designaciones, por ejemplo listón. Bien cepillado , está listo para ser trabajado, a falta de la protección y acabado finales. Como este relato no está enfocado a especialistas, convendrá aclarar que cuando la pieza de madera, de análogas características, está pensada para ser enterrada, o bien en contacto con el suelo para recibir un entarimado de madera, recibe el nombre de rastrel. Esto es una generalización, pero puede valer como aproximación. El rastrel no suele servirse cepillado y el mecanizado de la pieza, con frecuencia, no es perfecto. Es más barata, bastante más.
Cubicamos la madera necesaria, para acometer el proyecto y tras calcular precios nos decantamos por los rastreles. El inconveniente es que una pieza concebida para no ser vista, si se la quiere hacer visible y aparente, requiere de unos trabajos previos nada desdeñables. Considerando que el mercado, ahora el laboral, tiende a someter a todas sus criaturas hacia el trabajo gratuito o a cambio de la merienda, decidimos trabajar gratis, pero para nosotros. Hubo sesiones importantes de lija que hacer, amén de estudiar el despiece para evitar las partes retorcidas, incluso enderezar alguna pieza.
Para la estructura principal, esto es la bañera o marco de la base, optamos, entre la oferta, por una escuadría nominal de 45 x 90mm. Para la estructura auxiliar: 30 x 50. También recuperamos unos listones de una vieja estantería para el acabado de una suerte de «somier de lamas.»
El modelo final, que consideramos un prototipo, nos gusta definirlo como una evolución del sofá-palet hacia la Chaise Longue. No es una evolución en el tiempo, pues la Chaise Longue, seguramente, se deriva de las literas egipcias, pero sí hemos querido y quizás conseguido, apartarnos de otra perversión muy en boga, esto es: la Deconstrucción.
Sentados sobre el prototipo, en el momento final en que las últimas letras de este artículo, de la estilográfica al papel saltan, abrimos un agua tónica y vertemos sobre el destilado que cubre la piedra de hielo y del limón se perfuma. El jovencito, el prototipo, el Sofá Gin ya tiene apellido: Tónic.
Manuel Geómetra.
Pd. Para comprender el primer párrafo, en el que se habla del Banco Lambda, recomendamos leer el artículo de dicho nombre. Aparecerá en pantalla a continuación del que amablemente acaba de leer.
Impresionante. Y, dado que uno puede elegir a voluntad las calidad de los materiales, he de decir que cada uno de los sofás tiene su propio gin-tonic, desde el más rudimentario, que exigirá un gin tonic de beefeater con hielo y limón, hasta el más sofisticado, con un gin tonic colorido, con cardamomo, angostura y burbujas rotas. Antes de fabricarte uno piensa cómo te gusta el gin tonic. Y si te gusta de distintas maneras, ya puedes empezar a hacer sofás.
Gracias Impenitente:
No me des ideas, pues no es cuestión de sembrar el jardín de sofás. Es curioso que te refieras a Beefeater como una ginebra rudimentaria. En mi época, deduzco que la «Nachapopera», Beefeater y Tanqueray eran consideradas el top de la calidad. Ya sé que ahora, época snob a rabiar del culto al gin tónic, deduzco que una ginebra para ser admitida en sociedad ha de oscilar en torno a los 20 Euros o más. Yo aunque tengo alma de poeta soy plebeyo y en mi sofá se escancia la Gordons. Qué le vamos a hacer. A veces sin tónica.
¿Beefeater? ¿Gordons? Larios, hombre. Y, en nuestra época más festera, cuando abrevábamos en vasos de litro, hasta «Lirios». Sí, nos hemos convertido en bebedores de gin tonic caseros o en lugares de confianza, donde puedas llegar y decir -ponme un gin tonic normal, el básico, el de batalla, sin mariconadas. Que luego te miran rarito y ya tenemos el lío.